CAFÉ FILOSÓFICO Nº 28
PODEMOS Y EL ESTADO DE LA
DEMOCRACIA EN ESPAÑA
Multitudinaria
asistencia al nuevo Café Filosófico, os doy las gracias desde este
blog por asistir. Para comenzar, rompimos el hielo hablando de la
separación (o quizás deberíamos decir unión) del sistema político
y el sistema económico. El primero se compone, según Noam Chomsky,
“por representantes elegidos por la gente, que establecen una
política pública; el segundo, en principio, es un sistema de poder
privado, un sistema de imperios privados que se hayan libres del
control público, a excepción de aspectos muy remotos e indirectos
en los cuales incluso la nobleza feudal o una dictadura totalitaria
deben responder a la voluntad pública.” Para Manuel, haría falta
mencionar otro poder como mecanismo de control: la Iglesia. Gabri
opina que habría que hablar más bien de la separación entre el
poder material y el poder espiritual, y la Iglesia entraría en ese
segundo plano correspondiente al mundo de las ideas. Álvaro pregunta
dónde entraría, en esta separación la democracia. Para Pilar,
depende del país del que hablemos. Marian vuelve a la cita de
Chomsky y manifiesta que no está de acuerdo con su separación de
poderes, ya que ella opina que sólo hay un poder. Anaís ejemplifica
la opinión de Pilar al hablar de las empresas privadas, las empresas
públicas y la política (que debería ser pública). Nos cuenta que
lo normal es que una empresa pública no tuviera que dar tantas
explicaciones como le son requeridas ahora, así como la empresa
privada no debería intervenir en la política y viceversa. Gabri
saca a la palestra los bancos como empresas privadas, ya que no son
cualquier empresa privada. Desde el S.XVII, nos cuenta, la idea que
domina es el mercado. Para Pilar también domina el mercado, pero
añade que la estructura ideológica viene condicionada por la
economía. La economía condiciona y domina. En palabras de Antonio,
y siguiendo en esta tesitura... “En general, no sabría decir si el
mercado y las empresas son instrumentos de dominación. Pero lo
creamos o no, nos lo hacen ver. No nos dejan ejercer la libertad.”
Tras unas palabras sobre
la propiedad privada, tan en boga actualmente, Bruno no cree que la
propiedad privada o el dinero sea lo que maneje nuestras vidas. Para
él, el problema es que el Estado ha hecho que creamos que es el
poder político el que sigue dominando. Ángel añade que el mercado
y la democracia son herramientas que hemos creado nosotros, pero
hemos desvirtuado su uso. Gabri nos recuerda a Kant cuando hablaba
del uso de la razón pública. Y nos dice: “tú puedes hablar pero
te atienes a las leyes. El Estado ya no existe como tal: existen
instituciones por encima y comunidades autónomas por debajo. Los
intrumentos públicos de gestión se ha extinguido”. Parece que
hubiera que reparar esta situación y volver a los orígenes de la
democracia, y ahí es donde entra en juego, nos dice Juan, el 15M,
Podemos... para liberarnos de estas creencias y, con la creatividad,
llegar a hacer cosas buenas.
Preguntó hace unos días
Íñigo Errejón: “¿Por qué cambiaron las gafas con las que
veíamos la realidad de lo que nos afectaba?” Para Manuel es la
crisis la que nos ha cambiado. Juan nos cuenta que siempre ha habido
gente crítica y que iniciativas como Podemos han captado la atención
de lagente, pero esto no significa que haya cambiado su modo de ver
las cosas. Para Anaís, se necesita una ruptura de lo tradicional,
una ruptura del bipartidismo. Para Mariana, el cambio es
consustancial a los humanos; si uno se encuentra mal, abre las
ventanas para cambiar de aire. Para Gabri, el modelo está agotado,
muchos votan a Podemos para echar a los que hay. Y como dice Gabri,
no somos ni de izquierdas ni de derechas, estamos por un consenso de
mínimos (que se dijo años atrás). Por eso Podemos, al igual que
hicieron en su día el 15M, la PAH, Stop Desahucios... se ha
organizado en asambleas, sólo que en su lenguaje se llaman círculos,
y han dado voz a los ciudadanos. ¿Luchan por la igualdad? Sí. Pero
la democracia también requiere pluralismo. Parece ser éste el miedo
principal de much@s...
Pero si en algo estamos
de acuerdo es que hasta en las comunidades de vecinos se han colado
los partidos políticos. Y ése es el problema de la democracia
española, que los partidos políticos se han hecho con el Estado y
con la sociedad civil. ¿Preferimos entonces un partido o un
movimiento social?
Prefiero el movimiento social, es más participativo, pero ¿Por qué los movimientos sociales suelen desembocar en partidos políticos? Recuerdo escuchar a mucha gente, hablando del 15-M ¿A quién representan? refiriéndose a qué formación política. Yo, no lo considero necesario pero, quizá, estemos muy acostumbrados a las etiquetas. Si algo no sirve, se cambia... Sin miedo.
ResponderEliminar