CAFÉ FILOSÓFICO Nº 27
IDENTIDAD ACADÉMICA
Pese
a no existir una idea generalizada con respecto a la orientación que
tomaría el Café, ya que la identidad académica es un campo
amplísimo, pronto se creó una interesantísima tertulia reflexiva.
Comenzamos comentando un texto de La universidad a través de sus
alumnos. ¿Se corresponde la
identidad académica con el talante personal de cada uno? ¿O es lo
que estudiamos lo que modifica nuestro talante? Según Álvaro,
ocurren las dos cosas, ya que dependiendo de la identidad de la
persona, así elige sus estudios, pero los estudios también van
modificando poco a poco esa identidad. Para Isabel, sin embargo, es
algo más contextual, ya que no cree que alguien sea capaz de
definir su identidad académica a los dieciséis años. Y por eso
precisamente considera Antonio la escuela como un lugar importante en
cuanto a la formación de la identidad. La escuela debería sacar lo
bueno de nosotros si no tenemos claro lo que queremos ser. Es la que
configura los gustos. Y en este sentido, ¿el centro dota a la gente
de identidad? Para Álvaro el molde no depende del centro, sino de la
persona. Antonio discrepa. Considera que hay centros, tanto pùblicos
como concertados, que sí tienen un ideario.Isabel 1 añade que, en
los centros concertados, ese ideario es la religión. Antonio pone un
ejemplo autobiográfco y nos cuenta que estudió en Maristas y se
considera una excepción con respecto a la mayoría de los
estudiantes de este lugar. Él explica que sí existe cierta
identidad, ya que aún en estos días le dicen: “¡Ah! Tú has
estudiando en Maristas, eres de los nuestros...” cosa que él
niega. Isabel 1 comenta también su experiencia: “A mí, que
estudié en un colegio religioso, intentaron, como hicieron con
todas, convertirme en una señorita. El colegio era femenino. Cuando
llegué a la Universidad Pública se me abrió un mundo. Tiempo
después tuve que cursar unos estudios en la Universidad Pontificia y
fue como una regresión. La manera de dar la clase era diferente.”
¿Y qué aspectos son los que más influyen sobre la identidad
académica? Para Fernando, claramente la familia. Isabel 2 nos cuenta
que su abuelo es del OPUS, y que ella nunca se ha dejado influenciar
por él, aunque reconoce hber tenido el apoyo de sus padres. No sabe
si hubiera reaccionado igual en el caso de que sus padres hubieran
tenido las mismas ideas que su abuelo. Parece que las influencias
familiares, por un lado merman la identidad propia, pero por otro
también pueden llegar a reafirmarla si las ideas son opuestas.
Antonio toca también un punto interesante: el talante de l@s hij@s.
Algun@s parecen más proclives a la disciplina que otr@s, sin ningún
motivo aparente. Aunque también reconoce que los padres influyen
mucho. “Mi madre era maestra y teníamos hábito escolar. Leíamos,
hacíamos cuentas en casa, etc.” Isabel1 cree que el profesor o la
profesora es una figura que también influye muchísimo. Fernando
está de acuerdo. “Los profesores te hacen reflexionar. Hay que ir
más allá de lo que nos hacen pensar.”
No obstante, parece que las formas en la identidad académica han
cambiado. Antes, nos comenta Antonio, te evaluaban cuando te sabías
los contenidos; y si preferías esperar más tiempo, tampoco había
problema. Fernando reafirma lo dicho. Ya no tenemos el concepto de lo
que es conocer, hacemos las cosas para que nos evalúen, y eso ha
cambiado la identidad académica. Paulo Freire hablaba de los
educadores que llenan los depósitos de sus alumnos, los cuales son
evaluados como buenos alumnos siempre que dejen llenar esos
depósitos. ¿Es mejor ser dócil o rebelde? Álvaro matiza que hay
dos tipos de rebeldía: la reaccionaria y la crítica. Isabel 2 opina
que si eres dócil, la identidad no es clara. Antonio opina que
hablar de rebeldía está bien, pero que la docilidad también tiene
su punto de interés. En la vida de la gente dócil se produce cierto
equilibrio, pero no confundamos la docilidad con la sumisión.
¿Y podría quizás anularse la identidad de un niño? Hablamos para
ello del conductismo de Watson. Álvaro no cree que se pueda anular
una identidad manipulando la conducta, porque también existen los
procesos de pensamiento. Antonio cree que lo que nos desagrada en
general de Watson en su prepotencia, pero en el fondo sabemos que
tiene razón, ya que todo lo que nos gusta o desagrada tiene que ver
con un ejercicio constante de refuerzos. Ortega diría más bien
“Somos lo que hacemos y lo que nos pasa”.
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