CAFÉ FILOSÓFICO Nº 26
¿DEJAR HACER O INTERVENIR?
Esta vez tratamos un
tema a abordar desde muchas perspectivas para despedir el año. Con
menos asistentes pero no por ello menos interesante.
Para empezar, comenzamos
hablando de las relaciones abuel@s-niet@s. ¿Han de intervenir
aquéll@s en la constitución de la identidad de ést@s? Ángel
comenzó el turno de palabra diciendo que las influencias de l@s
abuel@s siempre pueden ser positivas. Mariana nos ilustra con su
historia personal y nos pide que le demos su opinión. Su nieta, de
18 años, ha comenzado a convivir con ella en el piso, ya que está
cursando sus estudios universitarios en la ciudad de Salamanca. El
problema es que en la casa de Mariana hay dos normas inqubrantables:
no invadir su espacio y mantener ordenado el baño. Aquí se presenta
el siguiente dilema: la nieta cumple en la universidad, tiene
disciplina... pero se pone la ropa de Mariana, usa su ordenador,
etc.; esto a Mariana le hace sentir feliz como abuela, pero no quiere
consentirlo porque se ve en el deber de enseñar a su nieta cómo ha
de comportarse cuando vaya a vivir a otro lugar. ¿Dejar hacer o
intervenir? Jesús contesta con un dicho africano que dice lo
siguiente: “Para educar bien a un niño se necesita toda una
tribu”. Y explica que l@s niñ@s ven a sus abuel@s como una
extensión de los padres/madres. Álvaro añade además que las
personas tienen comportamientos diferentes dependiendo del contexto
social, y la nieta parece actuar de esa manera debido a la confianza
más que a un patrón de conducta.
Cambiemos ahora de
contexto y pasemos a la decisión de intervenir en el contexto
clínico. Uno de los casos prácticos (reales) que tratamos en este
Café fue el de Marlise Muñoz (33 años), embarazada. Padece muerte
cerebral y está siendo mantenida con vida por el hospital porque
está embarazada y la ley en Texas dicta mantener las funciones de la
madre para salvar al feto. Sin embargo, su marido y su familia
quieren retirar la respiración artificial, pese a que esto dañaría
al feto. ¿Dejar hacer o intervenir? Mariana opina que lo mejor sería
desconectar el respirador, ya que los bebés al nacer tienen que
depender de la madre, y en este caso no sería posible. Álvaro
reconoce que se ve en un dilema a la hora de tomar una decisión, ya
que siempre ha considerado que es la madre quien tiene que decidir si
seguir o no adelante con un embarazo, pero en este caso no existe tal
figura para ejercer esa voluntad. Jesús va más allá y afirma que
la vida tiene que sostenerse por sí misma. Nos dice que la ciencia
modifica los procesos naturales, dándose el gusto de aparentar que
está generando grandes desarrollos. Álvaro está de acuerdo en que
la vida ha de sosternerse a sí misma, pero discrepa en su
pensamiento sobre la ciencia, ya que no cree que sólo aparente, sino
que también soluciona los problemas mundanos. Jesús aclara su
intervención anterior y dice que a lo que quería referirse es a la
atención social hacia ciertos focos de la ciencia que dejan de lado
los problemas mundanos, como el alargamiento de la vida o el
mantenimiento de la respiración en personas legalmente muertas.
Mariana vuelve al meollo de la cuestión hablando de la excelencia
hospitalaria, la cual se mide por el rendimiento (a menos muertes
dentro del hospital, mayor rendimiento). Aprovechamos para recomendar
también un libro relacionado con los temas tratados hasta el
momento: Delicioso suicidio en grupo
de Arto Paasilinna.
Y
para terminar, otro caso práctico en el que se nos plantea la duda
sobre intervenir o dejar hacer: Un paciente de 82 años que está
siendo tratado con hemodiálisis periódica 9 horas semanales en
etado terminal. Últimamente el paciente reacciona con violencia al
tratamiento e incluso se desconecta de los cables. Su esposa quiere
que lo sigan tratando, pues cuando la diálisis se realiza en casa y
con ella cerca él no protesta. Su hija opina igual que la madre,
pues es enfermera y ha visto cómo se trataba a pacientes con peor
diagnóstico. El hospital, en cambio, quiere parar el tratamiento
debido a la calidad de vida del paciente y porque muchos otros con
mejor diagnóstico podrían ocupar su lugar. Los asistentes del Café
optaron por la eutanasia, ¿qué opinas tú?