CAFÉ FILOSÓFICO Nº 15
MEDICACIÓN SIN
MEDICALIZACIÓN
Según el Diccionario de
Salud Pública, la medicalización viene siendo aquella forma en que
el ámbito de la medicina moderna se ha expandido en los años
recientes y ahora abarca muchos problemas que antes no estaban
considerados como entidades médicas. Pero, ¿cuáles son, por
ejemplo, esos problemas? Menopausia, parto, timidez, ansiedad,
calvicie, sexo, etc.
Dijo Ivan Illich que “la
medicina institucionalizada amenaza la salud”. Y parece que los
componentes del Café estaban de acuerdo con él, llegando incluso a
afirmar que l@s mayores sólo faltan al médico cuando están
enferm@s, pues para ell@s resulta ya una visita habitual. ¿Por qué
ocurre esto? Unos dijeron que es porque se sienten escuchados; otros,
porque nadie cuida de algun@s de ell@s... No obstante, hay quienes
fueron más allá de la ancianidad, y de los médicos, para señalar
a quienes se ecuentran relamente detrás de todos éstos. Unas
personas con maletines dispuestos a vender productos farmacéuticos a
cualquier precio. ¿Y qué mejor que crear una necesidad en torno a
la medicina para aceptar la misma sin más preámbulos? Simplemente,
porque es necesaria, pero necesaria para todo, para demasiadas cosas
diría yo... “En los países desarrollados la obsesión por una
salud perfecta se ha convertido en el factor patógeno predominante”.
En este apartado del Café se generó un interesante debate sobre lo
que es la enfermedad y qué no lo es. Pero aún quedaba mucho tiempo
por delante para clarificar el concepto de enfermedad, para
determinar las fronteras de hasta qué punto hay que medicar y qué
intereses hay de por medio...
Para ello, comenzamos
con el visionado de dos vídeos:
- STOP DSM-la medicalización vulnera los derechos de la niñez
- El marketing de la locura-vendiendo la enfermedad
Con ello, se estableció
en el Café una clara relación entre la oferta de salud y las
enfermedades, puesto que no estaríamos afectados por muchas
patologías si antes no nos hubieran hecho cree en ellas. Digamos que
es como una especie de virus contagioso que nuestra imaginación
crea, extiende, y finaliza por somatizar. Parece, por tanto, que
existen enfermedades inventadas; y no sólo eso, sino que todas y
cada una de ellas sirven para algún fin ideado por el poder:
trastorno de hiperactividad (paliar la creatividad de algunos niños),
menopausia (últimamente tratada como enfermedad para satisfacer
intereses económicos de las farmacéuticas), etc. Quizás habría
que establecer algunas diferencias en el plano de la salud, como por
ejemplo, el binomio trastorno-enfermedad o sintomatología-enfermedad.
¿Habéis pensado por ejemplo por qué en las farmacias siempre nos
dan un remedio para la tos pero no para lo que está produciendo la
tos? ¿O por qué un “Almax” es la solución más rápida cuando
el dolor de estómago es sólo el fin de una serie de causas que nos
ha generado un cierto proceso patológico probablemente producido
mucho antes? Soledad Márquez y Ricard Meneu nos advertían en La
medicalización de la vida y sus protagonistas: “Cada vez más
se define la enfermedad ante simples síntomas o signos, aspectos
estéticos, presencia de factores de riesgo o por la probabilidad de
padecer en el futuro una enfermedad”.
Además, se llegó en el
Café a ciertas comparaciones referentes a los mecanismos de control
como los controles de coches en las carreteras, pruebas médicas o o
sistema de vacunación. Y finalmente se trató el tema de los partos
naturales frente a los medicalizados e incluso algunos casos
prácticos referentes a los llamados “niños-medicamento” y el
debate en torno a si estos niños son fines en sí mismos o meros
medios para conseguir algún fin.
Muchas gracias a
tod@s una vez más por vuestra asistencia, y os espero el curso
2013-2014 con más y mejores temas.
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