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viernes, 1 de marzo de 2013


CAFÉ FILOSÓFICO DE AULA (NÚMERO 11)
Con el objetivo de complementar el temario de educación ético-cívica de 4º ESO, se llevó a cabo una sesión de Café Filosófico de Aula que versó sobre la Felicidad y el Deber. Para ello, nos servimos de tres herramientas: un powerpoint, un juego de rol y, lo más importante, el estudio de la filosofía.
El objetivo era, en un principio, hacer un recorrido a través del emotivismo de Hume, el racionalismo de Kant, el utilitarismo de Jeremy Bentham y Stuart Mill, la teoría dialógica de la justicia de Rawls y la teoría dialógica del discurso de Habermas. No obstante, finalmente sólo dispusimos de tiempo para las cuatro primeras, dejando a Habermas para una posible futura sesión.
Para Kant, la persona buena no tiene por qué ser necesariamente la feliz, al igual que tampoco la mala será la infeliz de modo inevitable. Cuando es la felicidad lo que determina la voluntad, la conducta no es absolutamente moral. Y es que la felicidad tiene valor por sí misma en el ámbito humano. Se preguntó a l@s alumn@s si es necesariamente feliz la persona buena (¿eres feliz si apruebas? Entonces... ¿estudias porque te hace feliz o sólo para aprobar, porque es esto lo que te da la felicidad?). Para Kant, la vida buena no tiene por qué coincidir necesariamente con la vida feliz. Y esto se vio con el juego de rol de la nieta hippie, feminista y lesviana que tiene que cuidar de su abuelo machista y autoritario.
La perspectiva varió, en cambio, al hacer un repaso de Hume, cuando valoramos por qué es inmoral un asesinato o si pueden justificarse intelectualemente los principios morales. En este caso, hablamos sobre terrorismo, crímenes políticos y el sacrificio de algunos animales.


La clase se fue animando, y un@s y otr@s clamaban participar, lo cual me llevó a hablar de Bentham y Mill, ya que son dos autores tendentes a crear polémica en las aulas. Fueron propuestas algunas preguntas, como por ejemplo: ¿es bueno ejecutar a un delincuente? ¿qué harías si te encontraras una cartera llena de billetes con la dirección de su propietario? ¿qué opinas de las advertencias sobre los peligros de la salud en los paquetes de tabaco? Para la filosofía utilitarsita, lo bueno es lo útil. La utilidad es el único criterio sobre el que se basa la felicidad, siempre que ésta se entienda dentro de unos márgenes de bienestar. Pero siempre persiguiendo el placer y evitando el dolor. Bentham sentenció “la mayor felicidad para el mayor número”. Mientras que Mill se basaba en el principio del daño o el prejuicio: “cada individuo tiene derecho a actuar de acuerdo a su propia voluntad en tanto que tales acciones no perjudiquen o dañen a otros”. Se habló por tanto de cómo juzgar las acciones como buenas o malas teniendo en cuenta la cantidad de felicidad o placer obtenido o según los resultados que desencadenaban estas acciones (consecuencialismo).
Para finalizar, se repartió a los alumnos y las alumnas una serie de tarjetas, cada una representando un personaje diferente. Y acto seguido se explicó en qué consistía la posición original de Rawls.
Posición original: en las personas se hacen visibles sólo aquellos aspectos que son necesarios para la determinación de lo justo. Es decir, tenemos que colocarnos ante una posición en la que un@ mism@ no sepa si es hombre o mujer, rico o pobre, inteligente, trabajador, soltero, etc. No se tienen en cuenta las caracterísitcas que quedan fuera del ámbito moral. Y es que únicamente a partir de una situación imparcial se puede llegar a resultados imparciales. De este modo, las libertades básicas se considerarán aquéllas que las personas no estén dispuestas a arriesgar, y esto se vio en el “rol play” que se hizo con la clase. Entre los papeles desempeñados (político corrupto, disminuído físico, joven mendigo, madre de familia viuda, etc.) se llegó a la conclusión de que los principios son fruto del acuerdo colectivo.

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